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El blog de Dharma

Cómo aquietar la mente

Aquietar la mente es una de las metas de cualquier practicante de yoga, principiante o avanzado. Una mente en calma, serena, libre de preocupaciones, creencias, viejos esquemas y patrones es una garantía de equilibrio y bienestar. La salud se expresa a través de la armonía de la mente. Cuando la mente está en calma, enfocamos las situaciones y los conflictos con ecuanimidad, con desapego y desplegando la máxima comprensión de los mismos para colocarnos en nuestro centro y no alterar nuestros estados emocionales. Y lo más importante, para tener una visión consciente de la realidad y acercarnos más a la verdad.

Nuestra mente es necesaria, vivimos manejando conceptos e ideas que resuelven situaciones cotidianas. Sin embargo, desde esa mente ordinaria no es posible acercarse a la paz interior; porque emite juicios, crea todo tipo de prejuicios, expectativas, deseos, análisis e interpretaciones que gobiernan nuestra vida y con los cuales nos identificamos, alejándonos de nuestro verdadero ser.

¿Cómo aquietar la mente? A ese estado de neutralidad, que no de indiferencia, nos acercamos desde la consciencia en primer lugar. Dándonos cuenta de toda la dinámica mental actual, de cómo van y vienen pensamientos sin orden ni concierto, de cómo saltamos de una idea a otra y quedamos atrapados en los estados emocionales derivados del pensamiento. Un querido maestro decía que no podemos evitar que los pensamientos se posen en la cabeza, pero sí somos responsables de que aniden. Educar la mente para gobernar todos esos pensamientos y espantarlos de nuestra cabeza pasa por desarrollar la atención. Se trata de convertirnos en observadores de nuestro propio pensamiento, no de analizarlo, sino de ser testigos o espectadores de cómo se produce toda esa actividad mental. Después, sólo tenemos que desviar nuestra atención a la respiración y observarla, darnos cuenta cómo respiramos. Inmediatamente surgen los estados de dicha interior. Cuando cesa el pensamiento, surge la luz del ser.

En esto tan sencillo consiste la técnica de meditación. Practicada habitualmente poco a poco vamos entrenándonos en el arte de reconocer y acallar nuestra mente, saliéndonos de su dictadura y conectándonos conscientemente con ese espacio interior en el que apreciamos la realidad en su verdadera dimensión; donde la unidad, la quietud y la sabiduría se hacen presentes.

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